Petunias y otras flores alegran el jardín de la entrada |
─¿Me llevo unas zanahorias? ─me pregunté en voz alta a mí misma─ ¡Me encantan!
─Ay, es que no me imagino unas zanahorias en un macetero... ─me autocontesté.
─Bueno, si tú lo dices...
Volví a casa con el coche repleto de flores, semilleros y mucha ilusión. Por ahora plantaré las flores y mañana iniciaré mi sueño: ¡Un maceto-huerto! ¡Qué ilusión!
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