lunes, 23 de mayo de 2011

El amante



─Siempre has sido muy reservada para tus cosas y sé que no te gusta contar lo que sientes o padeces, pero esta vez sé lo que me ocultas.
Las frases de Fifí retumban desde primera hora de la mañana en mi cabeza. Reconozco que tengo una capacidad innata para poner cara de prestar atención mientras mi cabeza está a varios kilómetros de allí.
─¿Quieres un café?
─No, y no intentes distraerme. Ayer estuve con Lola, mi bruja, y vio algo extraño al echarme las cartas: "Fifí, hay alguien muy cerca de ti con el corazón partido entre dos amores. No sé si ya ha sido infiel, pero sus sentimientos son muy fuertes". Al principio no supe de quién hablaba, hasta que me acordé de ti, de los cambios que estás sufriendo últimamente, de...
─¿Un poco de bizcocho?
─No, gracias. Creo que tu relación hace aguas. Si quieres te doy el teléfono de mi abogado, el que negoció mi último divorcio y consiguió que me quedara con el chalet de la playa. Ay, nena, ¡qué intriga! Dime, dime.
─¿Qué?
─Ay, no te hagas de rogar: ¿quién es tu amante? Te juro por la Lomana que no se lo voy a contar a nadie. Además tu marido es tan culto que seguro que no se entera.
─Fifí, ¿qué dices? ─grité al oír esas palabras, giré mi cara hacia mi macetero-huerto y mis ojos se iluminaron.
─¡Ves como tienes cara de enamorada! ¿Quién es tu amante? Confiesa.
─No sé de qué hablas solo sé que estoy feliz con mi primer fruto del macetero-huerto, mi primer calabacín.
─Ay, nena, tú estás fatal, háztelo mirar porque en breve te veo vestida como la Esteban... ¡Con la ilusión que me hacía que tuvieras un amante! Sosa, que eres una sosa...

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