viernes, 3 de febrero de 2012

Amor congelado. Infidelidad a la vista

Cactus en invierno

Observo con disimulo cómo actúa, qué hace, con quién va, a quién llama... Siempre he creído que la Naturaleza nos indica nuestro posible futuro con pequeñas señales imperceptibles para casi todo el mundo. Y esta vez las señales eran muy claras y certeras. 
No aguantaba más, la intriga me reconcomía el alma y no pude callar.
─Fifí, creo que mi marido me engaña ─confesé con el corazón encogido.
Ella empezó a pestañear a tal velocidad que pensé que su rímel iba a salir disparado como perdigones. 
─¡No me lo puedo creer! ─gritó entre pestañeó y pestañeó─ ¿Qué has descubierto?, ¿le has pillado algún mensaje en el móvil?, ¿ha modificado su conducta?... Hija, lo siento mucho, pero cuéntame todo con detalle y no olvides nada en el tintero.
De pronto fui consciente de que todo había sido producto de mi mente calenturienta y supe que Fifí jamás me iba a comprender.
─Verás, Fifí, antes de que comenzara el frío siberiano coloqué los cactus dentro de casa para que no se congelaran.
─¿Pero qué me estás contando? Deja tus puñeteras plantas y háblame de la amante de tu marido.
─Bueno, no es seguro que tenga amante, pero esta mañana al salir al jardín he visto que estaba congelado.
─¿Tu marido?
─No, el amor.
─Nena, me estás volviendo loca. ¿Tu amor, su amor?
─¡El amor de hombre!
─¿De qué me hablas?
─La planta de mi jardín, el amor de hombre. No lo cubrí y se ha congelado. Ay, eso es una señal, seguro que mi marido me es infiel.
Miré a Fifí y temí que volara con tanto pestañeo, sus mofletes empezaron a sonrojarse, sus gritos rebotaron por todo el salón e hicieron vibrar sus tetas y labios siliconados.
─¡Coño! Me quieres decir que crees que tu marido te es infiel porque se te ha congelado una planta. Nena, estás fatal, háztelo mirar, aunque creo que tu caso ya no tiene solución.
Se levantó bruscamente, se equilibró sobre sus tacones de aguja y salió de casa dando un portazo. 
No sé, tal vez he exagerado, pero me siento muy mal: se ha congelado el amor de hombre, mi hombre no sé si me es infiel, mi amiga me grita y nadie me entiende.

El amor de hombre, congelado

En primavera, el amor de hombre en su plenitud




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